Una exploración de los “caballos de Troya” para la innovación educativa
“Hay más problemas para escribir textos que para comprenderlos”
Especialista en Psicolingüística, Valeria Abusamra enfatiza la complejidad de los procesos mentales implicados en la tarea de escribir y presenta una Batería para la Evaluación de la Escritura, pensada para medir el nivel de desarrollo de esta habilidad en los estudiantes de primaria.

Valeria Abusamra es licenciada en Letras, doctora en Lingüística por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y doctora honoris causa por la Universidad de Chubut. Investigadora del CONICET, Abusamra acaba de presentar BEEsc, Batería para la Evaluación de la Escritura, un libro que busca aportar una herramienta pedagógica para enseñar a escribir, fruto del trabajo de un equipo de profesionales del campo de las letras.
–¿En qué consistió la investigación para elaborar la Batería?
–Nosotros hace 12 años venimos estudiando la comprensión lectora desde la psicolingüística, es decir desde el punto de vista de los procesos mentales implicados en estas habilidades. Lo que veíamos es que los procesos de “entrada” (comprensión de palabra aislada, de oración o de texto) son más tempranos y más sencillos que los de “salida” (escritura o expresión oral). Eso hace que en la psicolingüística los trabajos sobre comprensión sean muchos más que los referidos a la producción.
Cuando íbamos a los colegios y nos decían: “Nadie comprende textos”, nosotros nos preguntábamos si sería tan así. Empezamos a indagar de manera un poco más profunda y nos dimos cuenta de que en general los estudiantes tienen muchos más problemas para producir textos que para comprenderlos. Nos dimos cuenta de que era muy interesante estudiar la escritura, siempre en un contexto textual. Así surge esta Batería para la Evaluación de la Escritura (BEEsc), que nos llevó 6 años de trabajo.
En los colegios nos decían: “Nadie comprende textos”. Pero al indagar, nos dimos cuenta de que en general los estudiantes tienen más problemas para producir textos que para comprenderlos
–¿Probaron la herramienta en una muestra de estudiantes?
–Primero armamos la batería, hicimos una prueba piloto. Armamos baremos, datos con los cuales contrastar para saber si un chico tiene dificultades o no. Para eso teníamos una muestra formada por 1270 estudiantes de escuelas primarias de CABA y del Gran Buenos Aires. Nuestra muestra estuvo dividida en tres grupos de escuelas según el nivel de oportunidades educativas (bajas, medias y altas), definido por factores objetivos y subjetivos (por ejemplo, porcentaje de deserción escolar, ausentismo, si hay o no merienda en la escuela, cuál es el nivel socioeconómico de las familias de los chicos que asisten, infraestructura).
Cuando habíamos investigado comprensión de textos, encontramos que había diferencias enormes entre los chicos que asistían a escuelas de oportunidades altas y quienes asistían a escuelas de oportunidades bajas. Al evaluar la escritura también encontramos resultados muy dispares. Eso da mucha pena, porque habla de la segmentación del sistema educativo. Pero por otro lado es alentador porque, como estamos trabajando con habilidades culturales, sabemos que, si las entrenamos, pueden mejorar.
–¿La escritura puede mejorarse durante toda la vida?
–El lenguaje escrito, a diferencia del lenguaje oral, es cultural: tiene que ser enseñado y ejercitado. Eso te da la posibilidad de que no haya un período crítico, como en la adquisición del lenguaje oral, sino que podés aprender a leer y escribir a lo largo de toda tu vida. Claro que si lo ejercitás desde temprano, va a ser más fácil. Son habilidades de base para pasar por el colegio, pero sobre todo para desarrollarte en la vida y cumplir con tus deberes sociales y cívicos. Si bien es deseable que se enseñe tempranamente, esto no quiere decir que no tengas la posibilidad de mejorar tu escritura a lo largo de la vida.
El lenguaje escrito es cultural. Eso posibilita que no haya un período crítico, como en la adquisición del lenguaje oral, sino que podés aprender a leer y escribir a lo largo de toda tu vida
–¿Cómo es una buena evaluación de la escritura?
–Yo creo que la evaluación te da datos interesantes. Es verdad que es un arma de doble filo, y tenés que tener muy claro para qué evaluás. Pero si yo sé cuál es el estado de esa habilidad, sé hacia dónde tengo que ir después para enseñarla mejor o para orientar mis esfuerzos en la enseñanza. Planificar un texto no es nada fácil. A la vez, se enseña más a planificar un texto que a comprenderlo. Muchas personas no tienen tan claro cómo se enseña explícitamente a comprender un texto, pero sí como enseñar a producirlo. Sin embargo, las dificultades para escribir son enormes. En el nivel de posgrado, por ejemplo, uno de los problemas más grandes es que la gente no los termina porque no puede escribir su tesis.
–¿Hoy se escribe más que en el pasado, pero peor?
–Es cierto que hoy se escribe más que nunca. El tema es cómo se escribe, qué tipo de textos y cuáles son los recursos con los que escribís. Hoy predominan formas de escritura que implican un lenguaje reducido, una escritura rápida, sin la posibilidad de reflexión que te da el tener que escribir un texto narrativo o descriptivo.
Hay un estudio de Motorola que muestra que los adolescentes de 15 años pasan 12 horas por día frente al celular, por distintos motivos: para escuchar una clase, para hablar por teléfono, para jugar o navegar por Internet. En medio de todas esas cosas, escriben. Pero no es el mismo tipo de escritura que les pediría un docente en una clase. Es notable: parece ser más fácil enseñar a escribir que a comprender, y cuando uno les pregunta a los alumnos de primaria, la mayoría responde que prefiere escribir un texto antes que leerlo y comprenderlo. Sin embargo, la escritura es una habilidad muy compleja y problemática. Para planificar un texto, hay que tener en cuenta muchas dimensiones: qué idea querés transmitir, a qué público te vas a dirigir, qué registro vas a usar, qué palabras y estructuras sintácticas vas a elegir. Son muchos los procedimientos que tenés que llevar adelante para poder transmitir una idea y que esa idea sea decodificada como vos pretendías.

–¿Hay alguna relación entre la comprensión lectora y la escritura? ¿Es posible que los bajos niveles de comprensión en realidad estén mostrando baja capacidad de escritura?
–Hoy mucha gente en los colegios te dice: “Los chicos no comprenden lo que leen”. Pero muchas veces los resultados terminan siendo lo que llamamos un “artefacto de la prueba”: lo que vos le tomaste al alumno está encubriendo un resultado que vos interpretás como algo que no es.
Imaginemos la siguiente situación. Yo te doy un texto, te digo: “Leelo para mañana y te voy a tomar preguntas”. Vos llegás al día siguiente y te hago preguntas abiertas. Ahí estoy evaluando mucho más que la comprensión: estoy evaluando la memoria (cuánto recordaste de lo que leíste) y la capacidad de producir un texto (tu respuesta). La reproducción de un texto es una habilidad compleja, porque requiere leer, comprender y planificar un texto para reproducir lo que leíste. Muchas veces la comprensión se mide en esos términos, pero en realidad ahí vos estás evaluando otras cosas.
Entonces, a veces cuando te dicen que los alumnos tienen problemas de comprensión, puede ser que en realidad sean problemas de escritura. Cuando evaluamos comprensión, nosotros lo hacemos con un texto presente, con preguntas de opción múltiple. Y sí, el multiple choice es un poco ficticio, pero si vos querés neutralizar la variable producción y la variable memoria, tenés que hacer eso. Y cuando después tomás pruebas de producción, te das cuenta de que en la escritura de un texto hay muchas más dificultades, en distintos niveles: ortografía, planificación, habilidades grafomotoras (el movimiento de la mano).
A veces cuando te dicen que los alumnos tienen problemas de comprensión, puede ser que en realidad sean problemas de escritura. En la escritura de un texto hay muchas más dificultades
–¿Qué diferencia hay entre escribir a mano y escribir en teclado o celular? ¿Qué valor tiene la enseñanza de la escritura cursiva?
–Cuando tenés que escribir un texto, los pasos de planificación son idénticos en las dos modalidades: tenés que seleccionar palabras, estructuras sintácticas, saber cómo transmitir la idea. El movimiento manual de la cursiva supone un esfuerzo cognitivo y motor muy grande para los más chicos. Los que saben de esto dicen que la escritura a mano es muy interesante por varios motivos. En primer lugar, porque no solamente desarrolla habilidades grafomotoras, sino también otras habilidades cognitivas generales (el ritmo de escritura a mano te permite ir acompañando las ideas que vas expresando).
Algunas investigaciones mostraron que cuando a un nene chiquito, que todavía no lee ni escribe, le vas enseñando a hacer en el aire o en papel el dibujo de las letras, eso activa a nivel cerebral áreas que están implicadas en la lectoescritura. Una persona alfabetizada activa esas mismas áreas para leer. Además, los chicos que ya tienen el conocimiento de la forma de la letra, adquieren la lectoescritura de manera más sencilla. Hay muchos procesos implicados en la escritura a mano, especialmente en la cursiva.
El movimiento manual de la escritura en cursiva supone un esfuerzo grande y no solo desarrolla habilidades grafomotoras, sino también otras habilidades cognitivas generales
–A partir de la investigación para armar la BEEsc, ¿qué sugerencias se podrían formular para los docentes de escuela primaria?
–El dictado, que tiene sus defensores y sus detractores, para nosotros es fundamental, es una prueba de base. Cuando vos querés tener un panorama general de la escritura, lo ideal es el dictado. Ahí podés ver la parte ortográfica: lo que el estudiante tiene que hacer es transcodificar, escuchar y pasar a letras lo que escuchó. La mayoría de pruebas que evalúan la escritura lo hacen con palabra aislada. Pero una cosa es escribir “mensaje”, “cartera”, “planta”, y otra cosa es escribirlas en contexto. Es más natural escribir las palabras en un contexto textual. Por eso todas nuestras pruebas tienen un formato textual: nos interesa ver qué pasa en una situación más “ecológica”, es decir que responda a la situación habitual.
Si el dictado está muy bien, nos quedamos más o menos tranquilos. Si el dictado presenta fallas, avanzamos con el resto: una prueba de dictado de oraciones con palabras homófonas no homógrafas (suenan igual y se escriben diferente, como “asta” y “hasta”), y una prueba de copia de texto difícil. Esas tres pruebas nos permiten saber qué pasa con la ortografía.
Ahora, cuando querés evaluar la habilidad de planificación escrita (por ejemplo, la escritura de una descripción o una narración), ahí no podés considerar la ortografía. Tenés chicos que escriben 170 palabras y chicos que escriben 7 o 15. Es muy probable que el que escribió 170 palabras tenga más faltas de ortografía, porque escribió más. Entonces no podés penalizar la ortografía si lo que estás valorando es otra cosa. Cuando uno quiere evaluar la planificación, cómo un chico escribe y desarrolla un texto, no debe tener en cuenta la ortografía, sino mirar cómo elige el vocabulario, si se adapta a la consigna, cuán completo es el texto a nivel morfosintáctico, si la descripción es efectivamente una descripción.
–¿La enseñanza sistemática de la gramática y la sintaxis garantiza una mejor escritura?
–Creo que ayuda mucho. A mí por ejemplo me ayudó estudiar latín, que implica un trabajo de reflexión. Estudiar la sintaxis, las clases de palabras, los elementos cohesivos, es muy importante. También hay una importantísima relación entre la escritura y la lectura: quienes escriben bien suelen ser muy lectores, hay una retroalimentación ahí. Generalmente lectura y escritura van de la mano.
5 Comentarios
Excelente análisis de los problemas de escritura y comprensión de textos,felicitaciones por ello.
Excelente entrevista!! Muy puntual en los temas que hoy son un dilema: escritura comprensión!!!Una genia Valeria Abusamra!!
Muy linda nota! Felicitaciones!
Excelente nota. Valeria Abusamra es muy clara y precisa, al mismo tiempo invita a pensar en posibles alternativas para continuar enseñando a comprender y producir textos.
Muchísimas gracias a Alfredo Dillon por la entrevista y a Humberto, Loly, Eduardo y Erica por sus mensajes tan cálidos y generosos!
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