Una exploración de los “caballos de Troya” para la innovación educativa
Una oportunidad histórica para reducir las desigualdades
Para Marcelo Miniati, director ejecutivo de Fundación Cimientos, la buena noticia de este tiempo es que las familias se sumaron a la conversación pública sobre educación. Ahora, la vuelta a la presencialidad trae el desafío de reducir las desigualdades garantizando calidad y equidad.

FOTO: Facebook Cimientos
En el último año, las familias han comenzado a alzar la voz y han sido reconocidas como pieza fundamental para acompañar la trayectoria escolar de sus hijos. Tenemos una oportunidad histórica: luego de muchos años, la familia sumó su voz a la conversación pública sobre la educación. Llevamos décadas de enfrentamientos políticos y ausencia de consensos, por ello, es imperioso que continuemos involucrando a la familia y a las organizaciones sociales para acordar políticas de mediano y largo plazo, con pleno consenso y que representen los intereses de los estudiantes, a quienes desde hace mucho tiempo les debemos una educación equitativa y de calidad.
El mayor fracaso que puede tener nuestro sistema educativo es la deserción escolar. Antes de la pandemia, 1 de cada 2 jóvenes no lograba obtener su título secundario. Hoy muchos estudios proyectan una deserción escolar que alcanzaría a 1.500.000 jóvenes. Los problemas económicos –profundizados por el contexto del COVID– que llevan a la inserción temprana en el mercado laboral informal, y las condiciones desfavorables en las que muchos estudiantes han intentado continuar con sus estudios (mala conectividad, falta de dispositivos adecuados, ausencia de capital educativo en la familia e infraestructura inadecuada del hogar para el estudio), conspiran en contra de la finalización de la escuela secundaria.
El mayor fracaso que puede tener nuestro sistema educativo es la deserción escolar. Hoy muchos estudios proyectan una deserción que alcanzaría a 1.500.000 jóvenes
Más de 23 años de trabajo codo a codo con los jóvenes y sus familias nos han demostrado que la tutoría es una herramienta poderosísima para acompañar a los estudiantes en la obtención del título secundario. Siendo esto de un valor incalculable para proyectar un futuro con oportunidades diferentes y mejores que las que han tenido, en la mayoría de los casos, sus padres o sus hermanos. Hemos sido testigos de cientos de miles de jóvenes que fueron primera generación con estudios secundarios en su seno familiar, que lograron su egreso efectivo ayudados por el desarrollo de habilidades socioemocionales, tales como la organización, la autonomía y el autoconcepto, que no solo son herramientas para tener un mejor paso por la escuela, sino que además son esenciales para una inserción plena al mundo adulto.
Esperamos que el debate sobre la presencialidad sea el inicio de una nueva era para nuestro sistema educativo, y que en la presencialidad avancemos sobre cómo mejorar para que no haya desigualdades ni siga creciendo la brecha en la educación. Tenemos que darles a todos los jóvenes del país las mismas oportunidades de desarrollarse.