Una exploración de los “caballos de Troya” para la innovación educativa
Reflexiones y herramientas para el trabajo con grupos
En su libro “La evaluación de grupos” (Paidós), Ricardo Klein ofrece una serie de herramientas para aquellos que trabajan con grupos, sean docentes, talleristas, entrenadores o psicólogos. El autor retoma los aportes de Enrique Pichon-Rivière, entre otros referentes.

Ricardo Klein: La evaluación de grupos
¿Qué tienen en común una escuela primaria y un equipo de fútbol? ¿En qué se parecen un seminario académico y un taller de corte y confección?
En todos los casos se trata de grupos, de un conjunto de gente que se reúne con un objetivo: realizar determinada tarea. Pero muchas veces esa tarea no se logra llevar a cabo, o conlleva muchos roces y costo personal. Y es que en los grupos hay determinadas situaciones, figuras y conductas que se repiten y que ameritan un apropiado abordaje teórico y de campo.
En su libro La evaluación de grupos (Paidós), Ricardo Klein toma el legado de Enrique Pichon-Rivière y construye un dispositivo muy útil para todos aquellos que trabajan con grupos –sean docentes, talleristas, entrenadores, psicólogos, entre otros–, que posibilita observar los procesos grupales con determinadas herramientas conceptuales y procedimientos concretos. Así, el libro provee un mapa con que recorrer los fenómenos grupales, siempre con el foco puesto en la concreción de la tarea, y retomando también aportes de Roberto Romero y Carlos Fumagalli.
Klein enfatiza el rol del líder en la dinámica de los grupos: “La condición exclusiva del liderazgo es la influencia sobre los demás. El líder genera adeptos que lo siguen porque confían en él. Es un fenómeno social que no ocurre en el vacío sino que la relación entre el líder y sus seguidores se da en relación con metas específicas”.
De acuerdo con Klein, “el líder debe ser miembro del grupo, funcionar en interacción social con sus liderados, ha de compartir los objetivos grupales y ser visto como contribuyente al progreso del grupo en dirección a la tarea. El liderazgo no es estático ni lineal, y afecta tanto al líder como a sus seguidores; es bidireccional, se da en una interacción permanente y refiere no solo a personas en cargos de poder –líderes formales–, sino a la posibilidad potencial de toda persona de serlo si se producen determinadas situaciones”.
El autor aclara: “Existe un supuesto erróneo de que hay líderes natos, disponibles, solo a la espera de ser encontrados. El enfoque situacional del liderazgo muestra que no es así, que el liderazgo surge como consecuencia de las interacciones producidas en un grupo y que estos son el resultado del proceso interaccional”.