Una exploración de los “caballos de Troya” para la innovación educativa
Raquel Sastre: El solitario desafío de escribir (y terminar) una tesis
La relación entre el estudiante y el director de tesis, la disciplina de trabajar en soledad, la adquisición de habilidades de investigación y escritura son algunas de las cuestiones clave que determinan el éxito en el proceso de elaboración de una tesis, plantea Raquel Sastre, coautora de un libro reciente sobre el tema.

Raquel Sastre es doctora en Filosofía (Universidad de Navarra) y en Administración (Universidad Católica Argentina), hizo un posdoctorado en la Universidad de Buenos Aires, y lleva acumulados seis posgrados: a lo largo de ese camino, ha escrito varias tesis. A partir de su propia experiencia como tesista, pero también como directora de las tesis de otras personas, escribió junto con el filósofo español Jaime Nubiola el libro Las tesis de posgrado. Una guía novelada para quienes hacen y dirigen tesis. Editado por EUNSA, la editorial de la Universidad de Navarra, el libro propone una reflexión, en forma de novela, sobre los desafíos que se ponen en juego en el proceso de escritura de una tesis.
–¿Cómo se les ocurrió escribir este libro?
–Jaime Nubiola es filósofo y dicta un taller de escritura y de filosofía en la Universidad de Navarra, en Pamplona, para todas las carreras. Yo dicto en Buenos Aires, en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, en el doctorado, en la Maestría en Administración Pública y en el grado. Ambos tenemos experiencia en dirigir tesis. Nos dimos cuenta de que hay muy poco material escrito para el director. La mayoría de los libros, como el de Umberto Eco, Cómo se hace una tesis, están dirigidos al tesista. Pero muchas veces los directores no están preparados para esta tarea. A veces ni bien alguien termina su maestría o doctorado, lo nombran director de otra persona. Y quizás no tiene claro en qué consiste dirigir una tesis, por ejemplo la importancia del trato. La relación entre el tesista y el director es clave para que la tesis llegue a buen puerto. Hace poco escribí sobre la procrastinación, la demora en la entrega de las tesis, y muchas veces tiene que ver con una falta de entendimiento entre el tesista y su director.
El libro tiene un estilo novelado, que hace la lectura más amena y permite transmitir las emociones y sensaciones que emergen durante el proceso de la tesis. Por suerte la editorial aceptó, pese a que se sale del estilo académico. Son cuatro capítulos, cada uno desde la perspectiva de un personaje distinto (los directores de la institución, el director de la tesis, la tesista y la jurado). Al final de cada capítulo hay recomendaciones para cada etapa.
La relación entre el tesista y el director es clave para que la tesis llegue a buen puerto. Muchas veces la demora en la entrega tiene que ver con una falta de entendimiento entre ambos
–¿Por qué cuesta tanto terminar las tesis?
–En Argentina, en general, cuando las personas llegan a los posgrados que requieren tesis, entran sin un tema. En algunas maestrías, como los MBA, que son más profesionalizantes, las personas ingresan sin saber lo que es investigar. A veces en los doctorados también, hay personas que entran con una idea demasiado vaga o demasiado amplia sobre lo que quieren investigar. Muchas instituciones admiten a estos candidatos, mientras que en otros países no es así: si vos no tenés un proyecto concreto, no te aceptan. En muchos casos incluso te dicen: estas son las líneas de investigación que están abiertas, y te piden que elijas una, no te permiten investigar lo que quieras.
En Argentina hay más flexibilidad, y no hay mucho hincapié en colocar los talleres de tesis al principio de la formación, en vez de al final. En la medida en que el estudiante define su tema más temprano, cada materia que va cursando le permite ir dirigiendo los trabajos finales hacia la tesis, y al terminar de cursar se encuentra con que ya tiene varias cosas escritas. Sin embargo, en la mayoría de los posgrados los talleres de tesis se dictan al final, cuando los estudiantes ya están terminando. Ahí viene otro fenómeno: es muy lindo cuando cursás, tenés tus compañeros y profesores, intercambiás ideas. Pero cuando terminás de cursar, perdés contacto, ya no vas asiduamente a la universidad, y quedás muy solo en la tarea de investigar. En esa soledad, se hace mucho más cuesta arriba empezar a escribir.
Es muy lindo cuando cursás, tenés tus compañeros y profesores, intercambiás ideas. Pero cuando terminás de cursar, perdés contacto y quedás muy solo en la tarea de investigar
–¿Puede haber un incremento en la entrega de tesis como consecuencia de la pandemia?
–Esos datos los vamos a tener después, porque el año académico no cerró aún. La pandemia se llevó algunas cosas, y trajo otras. Para algunas personas, trajo un poco más de tiempo disponible, porque al trabajar en casa y no tener actividades sociales ni deportivas, eso les permitió a algunas personas dedicarle más tiempo a la tesis. Pero para otras personas, la pandemia implica que no tengan las condiciones de tranquilidad necesarias para poder escribir. Para algunos la pandemia permitió avanzar, y para otros sucedió lo contrario: mucha gente está sobrecargada, los tiempos se desordenan, el trabajo lo invade todo. Además hubo mucha angustia, miedo, distancia de los afectos, temores económicos… Eso hace que el ambiente no sea propicio para sentarse a escribir.
–¿Las carreras de grado deberían ofrecer más herramientas para hacer investigación? ¿O esas habilidades solo son útiles para quienes tienen un perfil más académico?
–Creo que esas habilidades son necesarias en las carreras de grado. Yo dicto el Seminario de Integración en la Facultad de Ciencias Económicas, donde los chicos tienen que hacer una tesina. Ellos aprenden a investigar en esa materia, que es la última. Durante toda la carrera no tuvieron ni siquiera un curso de escritura. Y vemos que los jóvenes llegan escribiendo bastante mal, porque han perdido el hábito, solo escriben textos muy reducidos, se comunican de manera más visual. Si hubiera en las carreras de grado una aproximación a la investigación, eso facilitaría mucho el desempeño luego en los posgrados. Pero si eso no fuera posible, el posgrado desde el inicio debería asignarles un tutor provisorio, alguien que acompañe a la persona cuando comienza y la ayude a definir su tema de tesis. En la Maestría en Administración Pública se está haciendo eso, y el taller de tesis se está poniendo al principio; al cabo de dos años la persona termina con el proyecto de tesis aprobado y un director asignado. Eso facilita la tarea.
Si hubiera en las carreras de grado una aproximación a la investigación, eso facilitaría mucho el desempeño luego en los posgrados
–¿Qué consejo le darías a alguien que está buscando un director para su tesis?
–Siempre les digo lo mismo a mis alumnos: olvídense de buscar a la persona que más sepa del tema. Al terminar la tesis, van a ser ustedes los que más sepan. Busquen a alguien que les pueda dedicar tiempo, con quien consigan una cierta empatía. Los trabajos de dirección de tesis no son remunerados, salvo en algunas universidades. Y en nuestro país la mayoría de los profesores universitarios son también profesionales, no se dedican full time a la docencia. Algunos lo hacen, pero la mayoría tiene su actividad profesional en paralelo. Entonces cualquier tiempo extra que le tenga que dedicar a un tesista, se lo tiene que sacar a su vida, que de por sí está bastante sobrecargada. En Europa, en cambio, los profesores son full time, son profesionales de la docencia. Viven en la facultad, tienen una parte de su tiempo para dar clases, otra para investigación y otra para supervisar alumnos. Esta tarea forma parte de su día a día, entonces es más sencillo encontrar directores de tesis allí.
–¿Qué habilidades debe tener un buen director de tesis?
–Sobre todo, tiene que tener habilidades más humanas que técnicas. El desconocimiento de estadística o de métodos de investigación se puede saldar con el auxilio de un técnico o un especialista. Pero la habilidad humana no se puede reemplazar: comunicarse, mantener una cierta disciplina, ser comprensivo y a la vez exigente, cumplir los plazos, enviar devoluciones cuando el tesista entrega avances. A veces es una relación casi de madre o padre, de tutor, de guía. Los aspectos humanos de esa relación son muy importantes.