Una exploración de los “caballos de Troya” para la innovación educativa
Oscar Ghillione: 5 desafíos para mejorar la formación docente
Mejorar los procesos didácticos en la enseñanza, estrechar el vínculo con la práctica, contextualizar, priorizar algunos temas clave y acompañar los primeros meses del ejercicio profesional son algunas de las ideas que destacó Oscar Ghillione en diálogo con Agenda Educativa.

“La docencia es la profesión más noble. Una vocación por enseñar y aprender. Los maestros y maestras son gente que pone la mente, el cuerpo y el corazón para otro; saben estar presentes aun en este contexto. Un docente es alguien que está constantemente dispuesto y disponible para acompañar. Son referentes, pero no protagonistas: el protagonista es el estudiante. Los maestros y maestras construyen comunidad y generan pertenencia. En ese sentido, un docente es un puente: a veces, el único que los estudiantes tienen al alcance”.
Con estas definiciones comenzó la charla de Oscar Ghillione, “La educación del futuro”, organizada por Agenda Educativa y moderada por Carolina Ruggero. Director de la Escuela de Maestros de la ciudad de Buenos Aires, profesor universitario, cofundador y exdirector de Enseñá por Argentina, Ghillione habló sobre los desafíos de la formación docente, sobre la centralidad de la tarea de maestros y maestras, y sobre las perspectivas de la educación en los próximos años.
El exdirector del Instituto Nacional de Educación Tecnológica planteó que la pandemia es una oportunidad para revalorizar la tarea de los maestros, pero también un escenario propicio para desafiar las prácticas pedagógicas y acelerar los cambios que ya venían ocurriendo en muchas escuelas. Ghillione abogó por “derribar las paredes del aula”, conectando la clase con otras clases y con el mundo exterior. También invitó a poner el foco en “el protagonismo de los estudiantes, habilitando que se escuchen cada vez más voces”. Advirtió, a su vez, que el sistema educativo necesita saldar la deuda de la brecha digital, que aún mantiene desconectados a miles de estudiantes.
Los maestros y maestras construyen comunidad y generan pertenencia. Un docente es un puente: a veces, el único que los estudiantes tienen al alcance
Con respecto a la formación docente, el director de la Escuela de Maestros de CABA remarcó que “el desarrollo profesional de un maestro lleva tiempo, no se termina con la formación inicial sino que sigue con la práctica y la formación continua”. Ghillione destacó cinco intereses y necesidades identificadas por los propios docentes:
- Mejorar los procesos didácticos de enseñanza en la formación: “Muchas veces no hay una práctica modélica en la formación inicial. Pero ahí hay una oportunidad de modelar la práctica, como lo hacen por ejemplo en los institutos de formación profesional. Porque eso después es lo que se reproduce en el aula”.
- Estrechar el vínculo con la práctica: “Cómo vinculamos el desarrollo teórico con herramientas que nos permitan llevar a cabo nuestra planificación y nuestra práctica”.
- Contextualizar la formación: “Otra cuestión clave es cómo pasar de una preparación más generalista a una que incorpore las realidades del contexto donde uno se va a desempeñar. Si bien una formación inicial no puede abarcarlo todo, sí hay cosas que se pueden hacer para lograr una mayor articulación con el contexto”.
- Enfocar algunos temas clave: “Con frecuencia los docentes plantean la necesidad de una formación más específica en temas particulares, sobre todo tres: educación tecnológica, educación inclusiva y educación sexual integral”.
- Acompañar los primeros meses del ejercicio profesional: “Cuando uno es profesor, lo es durante la hora de clase, pero antes y después también. Eso también debería trasladarse a la formación, de modo que los nuevos docentes se sientan acompañados en sus primeros pasos”.

Ghillione también hizo referencia a la formación de directivos, cuya relevancia es heterogénea en las diversas jurisdicciones: “Es necesaria una preparación para esa tarea, que requiere desarrollar saberes y habilidades específicos. Entre las cuestiones más demandadas aparecen las herramientas para la gestión administrativa, para la resolución de conflictos y para la gestión de la comunicación”.
Al pensar la educación del futuro, el exdirector de Enseñá por Argentina señaló algunos desafíos que ya están presentes desde ahora: aprender durante toda la vida, fortalecer las especializaciones en función de un contexto cambiante, consolidar la retroalimentación entre la formación y la práctica, poner el foco en el trabajo en equipo y el impacto comunitario, y seguir profundizando la incorporación de las herramientas tecnológicas.
Y mientras varias voces advierten sobre el aumento de la deserción en el contexto actual de emergencia, Ghillione puso el acento en apostar al lazo con los alumnos: “El docente propone a sus estudiantes un vínculo afectivo, pedagógico y profesional. Este vínculo no es obvio y no sucede en todas las clases. Tiene que ser intencionado, y tiene un propósito evidente: acompañar en el proceso de aprendizaje. Cuando ese vínculo está, los estudiantes empiezan a ‘cruzar’ el puente, se involucran y participan más. Como suele decirse: les brillan los ojos”.
El docente propone a sus estudiantes un vínculo afectivo, pedagógico y profesional. Este vínculo no es obvio y no sucede en todas las clases; debe ser intencionado
Para Ghillione, esa es la trama central que sostiene el proceso de enseñanza y aprendizaje: la que enhebra los vínculos entre docentes y estudiantes. “Lo vincular lleva a la participación, la participación lleva a la pertenencia, y si uno se siente parte, no se va. El sentido de pertenencia, además, correlaciona con el aprendizaje, y habilita una transformación que también involucra a las familias”.
Participación, pertenencia, comunidad, aprendizaje: la construcción cotidiana de esos objetivos se juega en la mirada del docente y en el vínculo que propone a sus estudiantes, en esa convicción que –desde el otro lado de la pantalla o desde el frente del aula, y pese a las dificultades–, no deja nunca de invitarlos a cruzar el puente.