Mobile learning: 5 claves para entender una tendencia que crece

El mobile learning aprovecha los dispositivos que los estudiantes ya tienen, permite un aprendizaje ubicuo y personalizado, y exige repensar los marcos del trabajo pedagógico. En Argentina, la conectividad aún marca un límite para su expansión.

 Mobile learning: 5 claves para entender una tendencia que crece

El mobile learning o m-learning (en inglés, aprendizaje móvil) es una estrategia educativa que aprovecha los contenidos de Internet a través de dispositivos electrónicos móviles, como tabletas o teléfonos. En esta modalidad, el proceso educativo se da a través aplicaciones móviles, interacciones sociales, juegos y hubs educacionales que permiten enseñar y aprender desde cualquier lugar y a cualquier hora, explica una publicación del Instituto para el Futuro de la Educación del TEC de Monterrey.

En Argentina, 8 de cada 10 personas tienen un smartphone, según datos del INDEC. Por eso, el m-learning requiere que cada vez más las plataformas educativas se ajusten al modelo mobile first: el diseño y la usabilidad priorizan el acceso desde dispositivos móviles.

O’Malley define el m-learning como “cualquier tipo de aprendizaje que ocurre cuando el aprendiz no está fijo en una determinada localización, o el aprendizaje que ocurre cuando el aprendiz aprovecha las oportunidades de aprendizaje ofrecidas por las tecnologías móviles“.

A continuación, 5 claves fundamentales para entender esta modalidad educativa:

1. Aprovecha los dispositivos que los estudiantes ya tienen

En Argentina los chicos empiezan a usar el celular a los 9 años, más temprano que en ningún otro país de la región. En el 46% de los casos, los niños empiezan a pedir el dispositivo a los 7 años o menos, según datos de Unicef y Google. Además, durante la interrupción de clases presenciales en 2020, el teléfono celular fue el medio preponderante de conexión con la escuela: 6 de cada 10 (58,8%) estudiantes lo utilizaron de manera exclusiva, mientras que un 24,9% lo combinó con algún otro dispositivo, como PC o tablet, de acuerdo con un informe de Argentinos por la Educación.

2. Permite el aprendizaje ubicuo

El concepto de “aprendizaje ubicuo”, desarrollado por Nicholas Burbules, se refiere a la capacidad de aprender en diversos contextos y situaciones, en diferentes momentos y a través de diversos medios. Justamente, los dispositivos móviles como smartphones y tablets permiten acceder al aprendizaje desde cualquier lugar y en cualquier momento.

3. Favorece la personalización del aprendizaje

El m-learning apunta a un aprendizaje individual, en el que el proceso se ajusta a las necesidades del usuario. El estudiante marca su propio ritmo de progreso en los aprendizajes, puede organizar sus horarios de estudio y, a la vez, debe hacerse responsable por su propio aprendizaje. En otras palabras, se potencia la autonomía y la autorregulación de los estudiantes, que organizan sus propios tiempos.

4. Exige repensar los marcos de trabajo

La implementación de un proyecto de m-learning no se puede reducir simplemente a la adquisición de recursos tecnológicos, sino que requiere un marco de trabajo (framework) adecuado, que implique un diseño a nivel conceptual, con estrategias, metodologías y normativas incluidas, explica un documento titulado Mobile learning: nuevas realidades en el aula, de Raúl Santiago, Susana Trabaldo, Mercedes Kamijo y Álvaro Fernández.

5. Necesita de conexión a Internet

Si bien se ha expandido el acceso a los smartphones, la conectividad de calidad sigue siendo una cuenta pendiente para buena parte de los estudiantes y las escuelas en Argentina. Eso marca un límite para las posibilidades reales del m-learning.

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