Una exploración de los “caballos de Troya” para la innovación educativa
Melina Furman: 3 prioridades educativas para el país que queremos ser
Cerrar la brecha digital, romper el “efecto cuna” que perpetúa las desigualdades y favorecer la innovación pedagógica desde la escuela son tres ejes clave para transformar el sistema educativo frente al escenario actual, plantea la especialista.

FOTO: TEDx Resistencia (Flickr)
“Enseñar y aprender en la Argentina tiene que dejar de ser un acto heroico. Porque es una prioridad. Porque lo necesitamos. Y porque es un derecho, y debería estar garantizado para todos”. Con estas palabras, Melina Furman, investigadora del CONICET y profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés (UdeSA), abre el documento Educar para el país que queremos ser, publicado por UdeSA y presentado en el último coloquio IDEA.
El documento señala algunas prioridades para mitigar el impacto del COVID-19 y avanzar hacia un cambio más profundo en el sistema educativo. Frente al incremento de las desigualdades, Furman reconoce que, al menos, la pandemia “está logrando que nos demos cuenta como sociedad (pero ya no de manera retórica, declarativa, sino en la piel, en el cuerpo) del valor de la escuela y de la presencialidad. Esa escuela que, con todas sus dificultades, durante unas horas al día al menos, busca poner entre paréntesis las desigualdades de origen y ayuda a que todos los chicos, chicas y adolescentes pudieran estar protegidos y con foco pleno en el aprendizaje”.
En medio de la incertidumbre generada por la pandemia, la especialista identifica tres prioridades para poner el foco desde la política educativa: cerrar la brecha digital, romper el “efecto cuna” e innovar desde la escuela.
Prioridad 1: Cerrar la brecha digital
“Las Naciones Unidas ya hablan del acceso a internet como un nuevo derecho humano que hay que garantizar. Pero una enorme proporción de los estudiantes no tiene ese acceso y se quedan afuera de la posibilidad de seguir estudiando”, advierte Furman. Los datos de la Evaluación Nacional de Continuidad Pedagógica realizada por el Ministerio de Educación señalan que un 54% de hogares tienen problemas de conectividad: porque no tienen internet, porque la conexión es muy inestable o porque deben conectarse con datos prepagos.
Los datos de esa misma evaluación nacional muestran que el 53% de las familias no tienen una computadora que permita sostener la educación en casa. “Que todos los estudiantes puedan tener conectividad y una computadora para estudiar no es poner un cohete en Marte –grafica Furman–. Requiere determinación, estrategia, acuerdos y por supuesto inversión. Es un problema que tenemos que poder resolver como sociedad. Requiere que el Estado y los empresarios trabajen juntos para buscar una solución. Y tenemos que hacerlo pronto, porque seguramente tenemos mucho tiempo por delante de educación semipresencial”.
Prioridad 2: Romper el “efecto cuna”
“Si hay algo que la pandemia desnudó fue la desigualdad en las condiciones de vida de los hogares y cómo eso impacta en la educación de los chicos. La crisis sanitaria nos está dejando como consecuencia la ampliación de esa desigualdad que ya teníamos y que se hace más grande todos los días”, advierte el documento.
Furman enfatiza la necesidad de buscar la vuelta a la presencialidad lo antes posible, “en condiciones seguras y en diálogo con los docentes, directores y todos los actores de la comunidad”. También advierte que hay que salir a recuperar a los estudiantes que se quedaron en el camino, que podrían ser al menos un millón y medio de niños y jóvenes, según las estimaciones del Ministerio de Educación.
Finalmente, Furman menciona dos políticas que no terminan de implementarse en el país: garantizar una oferta educativa de calidad para la primera infancia, especialmente para los sectores más vulnerables de la población, y mejorar las escuelas a las que asisten los estudiantes más pobres. En línea con lo que ya establecía el artículo 83 de la Ley de Educación Nacional (2006), Furman subraya: “Necesitamos las mejores escuelas para los que menos tienen, con los docentes más capacitados y los recursos necesarios para aprender: equipamiento, libros, escuelas en buenas condiciones edilicias”.
Prioridad 3: Innovar desde la escuela
“En pocos meses, los docentes de todos los niveles tuvieron que reinventarse para sostener el aprendizaje a distancia. En una suerte de inmersión acelerada tuvieron que explorar tecnologías digitales que ya estaban disponibles, algunas desde hacía rato, pero que no habían tenido la necesidad de usar hasta ahora”, describe el documento. Y propone: “Tenemos que aprovechar este envión y esta creatividad emergente para lograr que cada escuela se convierta en un espacio de innovación pedagógica“.
Furman señala algunas condiciones que hacen posible esa transformación desde la escuela. Entre ellas, el fortalecimiento de los equipos directivos, quitándoles la enorme carga burocrática que tienen hoy y dándoles autonomía, y formándolos en habilidades de gestión y liderazgo. Además, la capacitación permanente de los docentes, garantizando que “tengan tiempo pago no solo al frente de los alumnos (como sucede hoy en el nivel secundario) sino para reunirse y planificar con colegas, avanzando hacia el modelo de profesor por cargo, que trabaja en una sola escuela, como sucede en muchos países del mundo”.
Algunas de estas cuestiones reaparecen desde hace tiempo en el debate educativo. Pero lo excepcional de la actual emergencia permite pensar que, a lo mejor, esta vez se abre finalmente la oportunidad de un cambio en favor de la equidad y la calidad educativa para todos. Furman deja planteada una invitación dirigida a todos los actores vinculados con la educación: “A veces las crisis nos permiten dar un salto hacia adelante inesperado. El impacto COVID en educación está siendo altísimo. Pero, como nunca antes, estamos como sociedad revalorizando el rol de la escuela y de los docentes. Aprovechemos el impulso para volver a poner a la educación como prioridad con planes, consensos, voluntad política de todos los sectores e inversión”.
1 Comentario
[…] 1. Sin escuela se profundizan las desigualdades. “Si hay algo que la pandemia desnudó fue la desigualdad en las condiciones de vida de los hogares y cómo eso impacta en la educación de los chicos. La crisis sanitaria nos está dejando como consecuencia la ampliación de esa desigualdad que ya teníamos y que se hace más grande todos los días”, sostiene Melina Furman en el documento Educar para el país que queremos ser. […]