María Eugenia Bilbao: las tutorías, un espacio clave para acompañar

Durante 2020, el rol de los tutores fue fundamental para sostener el vínculo con los estudiantes y hacer un seguimiento personalizado, tanto desde lo académico como desde lo emocional, cuenta María Eugenia Bilbao, miembro del equipo de orientación del Colegio Santa Teresa de Jesús.

 María Eugenia Bilbao: las tutorías, un espacio clave para acompañar

María Eugenia Bilbao es licenciada en Psicología y Psicopedagogía, miembro del equipo de orientación y docente de Metodología en el Colegio Santa Teresa de Jesús de Palermo. Aunque reconoce que el año 2020 estuvo atravesado por la incertidumbre, destaca el rol que tuvieron las tutorías para sostener el vínculo con los estudiantes y mantener los aprendizajes.

“La primera semana armamos un sistema para que los chicos pudieran recibir trabajos de los docentes y enviarlos. En ese momento ya nos dimos cuenta de que el aislamiento iba a ser largo. Recuerdo el domingo a la noche cuando nos avisaron que el lunes no íbamos a volver al colegio”, cuenta María Eugenia en diálogo con Agenda Educativa el marco del ciclo “En primera persona”, una serie de entrevistas en las que docentes y directivos comparten sus aprendizajes durante la pandemia.

Uno de los primeros pasos fue organizar rápidamente el Classroom y, en paralelo, una capacitación a los docentes para que aprendieran a usar esa herramienta. “No fue fácil construir de cero una escuela a distancia. Lo que más destaco el trabajo en equipo“, afirma María Eugenia.

El rol del equipo de tutores fue clave para mantener el contacto con los chicos y con las familias: “Los tutores se conectaban con las familias si un chico faltaba a varios Zooms, o si no entregaba los trabajos. Hicieron un seguimiento uno a uno de la situación que estaba atravesando cada chico”.

Los tutores fueron un nexo fundamental con el equipo de docentes y directivos para que la propuesta pedagógica fuera realmente efectiva, pero también acompañaron a los chicos desde lo emocional: “Los espacios de tutoría empezaron a ser encuentros semanales para ver cómo estaban los chicos, más allá del seguimiento académico. Estuvieron presentes en todas las clases por Zoom, además del encuentro semanal grupal. En esos encuentros se iba trabajando, junto con el equipo de orientación, sobre los emergentes que traían los chicos, desde lo emocional y lo vincular, además de las cuestiones pedagógicas”.

María Eugenia menciona también algunos descubrimientos que “llegaron para quedarse”. Entre otras cuestiones, la metodología del Aprendizaje Basado en Proyectos: “Nosotros veníamos trabajando desde hace tiempo con la metodología de ABP, en la que nos venimos formando como equipo docente. El 2020 nos sirvió como impulso en agosto, cuando los chicos empezaron a estar más cansados y desanimados. Se afianzó mucho el trabajo por proyectos, en relación con el aprendizaje servicio y el impacto en la comunidad”.

Otro elemento valioso de 2020, considera ella, fue la evaluación formativa: “Era un objetivo que nos habíamos planteado a principio de año. Para construir las rúbricas, los profesores se reunieron por departamento y armaron los descriptores”.

Finalmente, María Eugenia destaca el trabajo colaborativo: “La facilidad de poder reunirnos por Zoom desde nuestras casas y encontrarnos con los colegas fue otro descubrimiento. En la dinámica diaria del colegio, uno trataba de encontrar esos momentos en los pequeños ratos de las horas libres o en los recreos. Creo que esta posibilidad de construir en conjunto llegó para quedarse”.

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