Las carreras técnicas, clave para el empleo y la recuperación económica

Las carreras terciarias técnicas brindan una “vía rápida” hacia la adquisición de nuevas competencias y el acceso a mayores oportunidades laborales, afirma un informe del Banco Mundial. Advierten que en América Latina es necesario ampliar la oferta de carreras y mejorar la calidad.

 Las carreras técnicas, clave para el empleo y la recuperación económica

Las carreras técnicas de educación superior pueden ser una herramienta sumamente eficaz en momentos de crisis como la actual pandemia de COVID-19, en que millones de personas en los países de América Latina y el Caribe necesitan entrenamiento laboral y adquirir nuevas habilidades para insertarse de manera urgente en el mercado formal de trabajo, de acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial.

La pandemia impactó severamente en la región, causando un retroceso económico sin precedente y una fuerte caída del empleo y la producción en momentos de enorme transformación en el mundo del trabajo. En este contexto, el aporte de las tecnicaturas o carreras terciarias, usualmente de dos o tres años de duración y orientadas al mercado de trabajo, podría ser de gran ayuda en la generación de empleo ya que ofrecen salidas laborales relativamente rápidas y bien remuneradas, según el reporte “La vía rápida hacia nuevas competencias: programas cortos de educación superior de América Latina y el Caribe”.

Para ello, los países de la región deberían promover la expansión y mejor calidad de estos programas, a fin de beneficiar a un mayor número de personas y contribuir a generar rápidamente el capital humano necesario para la recuperación económica y el crecimiento.

El aporte de las tecnicaturas o carreras terciarias, usualmente de dos o tres años de duración y orientadas al mercado de trabajo, podría ser de gran ayuda en la generación de empleo ya que ofrecen salidas laborales relativamente rápidas y bien remuneradas

“La pandemia de COVID-19 provocó una crisis sin precedente en América Latina y el Caribe, que empujó a millones de personas a la pobreza. Las carreras técnicas superiores pueden desempeñar un rol importante en la recuperación al ayudar a superar la crisis de empleo y preparar a los individuos para el mundo del trabajo de hoy –dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe–. En ese contexto, los países de la región deben promover el potencial transformador de las carreras técnicas”.

Según el reporte, los beneficios salariales de este tipo de carreras son evidentes. Por ejemplo, si bien los graduados de programas técnicos superiores obtienen en general salarios menores que los graduados de carreras universitarias, los primeros ganan en el promedio regional un 25 por ciento más que el enorme porcentaje (54%) de estudiantes que abandonan sin completar su carrera universitaria, considerando las características de los estudiantes. Esta diferencia va de un mínimo de 4% en Perú, 8% en Argentina, 22% en Ecuador y 42% en Paraguay, a un máximo de 58% en Bolivia y 74% en El Salvador.

Del mismo modo, en el promedio regional los graduados de programas técnicos ganan hasta un 60% más que los graduados de escuela secundaria sin ninguna educación superior. En este caso la diferencia salarial va de un mínimo de 32% en Perú y 36% en Costa Rica, a 44% en México, 48% en Chile y máximos de 100% en Bolivia y 110% en El Salvador.

Las carreras técnicas superiores pueden desempeñar un rol importante en la recuperación al ayudar a superar la crisis de empleo y preparar a los individuos para el mundo del trabajo de hoy

Carlos Felipe Jaramillo

Los estudiantes de carreras técnicas también obtienen buenos resultados en términos de empleo. No solo superan a los graduados de escuela secundaria, sino que además aventajan a quienes abandonan sin completar su carrera universitaria. Respecto de estos últimos, tienen una menor tasa de desempleo (3,8 contra 6,1%) y una tasa más elevada de empleo formal (82 contra 67%). Estos resultados son especialmente relevantes en el actual contexto de desempleo e informalidad.

El reporte muestra también que los estudiantes de carreras técnicas se gradúan en una proporción mayor que los estudiantes de carreras universitarias (57 contra 46%). Esto es significativo dado que quienes abandonan las carreras universitarias representan casi la mitad del total de estudiantes que inician algún tipo de educación superior en la región y que, en promedio, los estudiantes de carreras técnicas provienen de sectores menos acomodados que los estudiantes de carreras universitarias.

“Los programas técnicos tienen importantes ventajas, entre ellas que los proveedores tienen la capacidad de reaccionar de manera rápida y flexible a las necesidades del mercado laboral, tienen una relación fluida con el sector privado y a menudo asisten a los estudiantes en sus búsquedas de trabajo”, dijo María Marta Ferreyra, economista senior del Banco Mundial y una de las autoras del informe.

Los estudiantes de carreras técnicas también obtienen buenos resultados en términos de empleo. No solo superan a los graduados de escuela secundaria, sino que además aventajan a quienes abandonan sin completar su carrera universitaria

Sin embargo, la oferta de carreras técnicas en América Latina y el Caribe no tiene aún el desarrollo de otras regiones y la calidad de su oferta es desigual. En las últimas dos décadas la tasa de matriculación a educación superior creció del 23 al 52% en la región, pero la variación mayor ocurrió en las carreras universitarias. Esto ha hecho que el porcentaje de estudiantes de carreras técnicas en la educación superior sea en la actualidad de solo 9%, más bajo que en otras regiones del mundo (34% en los países de Asia Oriental y Pacífico, 30% en América del Norte, 21% en África Subsahariana, 18% en Europa y Asia Central). Y si bien algunos programas ofrecen excelentes resultados laborales, este no es siempre el caso.

Para favorecer el crecimiento de los programas técnicos y una mejor calidad en su oferta educativa será crucial implementar las políticas apropiadas. Esto permitirá a las carreras terciarias alcanzar su pleno potencial. Algunos ejemplos de estas políticas son la provisión y diseminación de información sobre los resultados, costos y beneficios de todos los programas; corregir las desigualdades de financiación entre los estudiantes y tipos de programas; hacer responsables a los programas por los resultados de los estudiantes, y facilitar la acumulación de credenciales y las trayectorias académicas flexibles.

De acuerdo con el informe, con las políticas apropiadas las instituciones podrían ofrecer mejores programas, los estudiantes podrían tomar decisiones de carrera más informadas y se podrían cubrir las necesidades tanto de los individuos como de las empresas y de la economía en su conjunto.

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