En la primera sesión, Alfredo Hernando consideró que con la pandemia “se inauguró un gran laboratorio de innovación educativa mundial”, con escuelas de distintos lugares del mundo que están conectándose entre sí para encontrar respuestas. Sin embargo, reconoció Hernando, este escenario también profundizó las brechas entre las escuelas que pudieron adaptarse y las que aún no lo lograron.
El escenario actual supone “una oportunidad de colaboración mundial inédita”, planteó Alejandra Cardini, y señaló que “este es un momento de respuesta a la emergencia. Pero en un segundo y tercer momento (a mediano y largo plazo), será fundamental que este laboratorio de innovación mundial pueda organizarse de manera equitativa, para que se puedan compensar las desigualdades cada vez más marcadas”. Cardini remarcó que hoy, más que nunca, es necesario pensar las políticas públicas de manera integral, articulando Educación con Salud, Desarrollo Social, etcétera.
Carlos Magro reivindicó la idea de “innovar con la tradición”: para eso es necesario mantener “un diálogo constante con nuestros maestros, con los mayores, con lo que hacíamos bien y es irremplazable. Para pensar la escuela que viene, es necesario poner en valor lo que nos daba la escuela”.
Magro también advirtió que “en muchos casos, la responsabilidad no la están asumiendo los estados sino que se está descargando sobre las escuelas, los docentes y los padres. La administración pública tiene que asumir su responsabilidad”. El presidente de Educación Abierta también señaló la necesidad de que otros actores (económicos, tecnológicos, etc.) se comprometan con las respuestas educativas.