Una exploración de los “caballos de Troya” para la innovación educativa
Impulsó un club de programación y conectó a sus alumnos con el mundo
Carolina Muñoz, docente santiagueña nominada al Global Teacher Prize en 2020, lanzó un Club de Alumnos Programadores que se amplió a otras provincias y otros países de la región. El objetivo: incentivar la cultura maker y formar ciudadanos globales.

Para Carolina Muñoz, docente santiagueña nominada al Global Teacher Prize en 2020, la pandemia funcionó como un disparador de ideas que la llevaron a ampliar las fronteras de la clase. El año pasado lanzó con sus estudiantes de séptimo grado el Club de Alumnos Programadores, en la Escuela primaria N° 751 “Teniente General Juan Carlos Sánchez” de la ciudad de Bandera, en Santiago del Estero.
“Producto del momento vivido y de la nueva relación con la virtualidad, la propuesta busca, a través de la gamificación, incorporar la tecnología a nuestras tareas escolares y nuestra vida cotidiana, e instala la cultura maker”, cuenta Carolina.
La iniciativa requirió que tanto la profesora como los estudiantes aprendieran a usar varios programas de desarrollo de juegos, “en especial Mobbyt, gratuito y diseñado por argentinos”, explica Carolina. Y agrega: “El segundo momento fue abrir el club a los compañeros y docentes de la escuela, de la provincia, de nuestro país y de otros países de Latinoamérica, por medio de encuentros nacionales e internacionales de alumnos”. Actualmente, esa red de aprendizaje y programación abarca 15 provincias y 5 países.
“Con la propuesta de los intercambios y los proyectos colaborativos, buscamos experimentar formas de aprender que ofrezcan una experiencia de inmersión significativa y que se ajusten a los intereses de los estudiantes”, afirma Carolina. Y añade: “Interactuar con docentes y alumnos de otras instituciones educativas, llegando a diferentes puntos geográficos a nivel nacional e internacional, permite tener una aproximación real del mundo y desarrollar un alumno que es un ciudadano global, tan necesario en estos tiempos”.
Interactuar con docentes y alumnos de otras instituciones educativas, llegando a diferentes puntos geográficos a nivel nacional e internacional, permite tener una aproximación real del mundo y desarrollar un alumno que es un ciudadano global
Carolina Muñoz

En el camino, los estudiantes no solo aprenden programación, sino que también entran en contacto con sus pares de otros lugares y culturas, desarrollan habilidades de comunicación y oralidad, y exploran herramientas digitales. El objetivo: que los alumnos “se conviertan en prosumidores y no sean meros consumidores”.
Carolina cuenta que para el desarrollo de esta propuesta fue muy importante la experiencia de capacitación en Comunidad Atenea, un espacio virtual impulsado por Fundación Varkey, que busca acercar herramientas pedagógicas innovadoras a los docentes de América Latina.
Sobre la experiencia, Carolina señala: “Aprendí a capitalizar el legado de la virtualidad, abriendo las puertas de mi aula al mundo, trabajando en colaboración con otros docentes. Con pandemia o sin pandemia, debemos generar espacios de inmersión para que nuestros alumnos construyan un aprendizaje significativo y para toda la vida”.