Fomentar el pensamiento crítico, clave para enfrentar las fake news

El pensamiento crítico es una de las principales competencias del siglo XXI, cuya relevancia se profundiza ante el problema de las fake news y el consumo creciente de contenido digital por parte de los estudiantes, afirma la profesora Mayra Manente.

 Fomentar el pensamiento crítico, clave para enfrentar las fake news

Una de las ventajas que nos ofrecen las redes sociales es la de darles voz y participación a todos sus usuarios, dando lugar a lo que algunos autores llaman “cultura participativa”. Esto favorece la participación democrática y la elaboración de producciones de autoría compartida aunque también da lugar a las fake news.

Estas fake news tienen una fuerte influencia en el mundo, basta un tweet para alterar el precio de criptomonedas o influenciar nuestras decisiones. Los principales problemas de estas noticias se encuentran en su fácil y rápida difusión, en que no siempre es posible saber quién las publica y en la dificultad de sus lectores para identificarlas. Muchos se preguntaran ¿qué tiene de malo un noticia falsa circulando por la web? ¿a quién puede dañar?

Los principales problemas de estas noticias se encuentran en su fácil y rápida difusión, en que no siempre es posible saber quién las publica y en la dificultad de sus lectores para identificarlas

En el último año las fake news cuestionaron la existencia del virus COVID-19, su letalidad y origen, el uso del barbijo advirtiendo que podría causar hipoxia (reducción de oxigeno) en los usuarios, pero uno de los casos más impactantes fue aquella que sostenía a la ingesta de dióxido de cloro como remedio “casero” para prevenir al COVID-19. Esto no solo circuló en redes sociales sino que fue avalado por el expresidente Donald Trump y la conductora de televisión Viviana Canosa entre otros. Si hacemos una pequeña búsqueda en internet rápidamente identificamos que el dióxido de cloro se utiliza como blanqueador, desinfectante y para destruir impurezas en el agua. Sin embargo, hubo una familia que confió en estos dichos y un pequeño terminó intoxicado, lo que nos demuestra que estas fake news pueden dañar al público que las consume sin analizarlas críticamente primero.

Tal es el impacto que tienen estas noticias en las decisiones de las personas, que la Organización Panamericana de la Salud tiene una sección en su página web destinada a dar respuestas científicas a los mitos comunes sobre vacunación y COVID-19 y lo mismo ocurre con la Fundación Huésped, que dedica una sección a responder mitos sobre la transmisión del COVID-19.

Competencias del siglo XXI mencionadas en el currículum del nivel secundario para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. FUENTE: Diseño Curricular para la Nueva Escuela Secundaria, Marco General.

En los diseños curriculares tanto de primaria como secundaria se consideran valiosas, para la formación de ciudadanos responsables, a las competencias del siglo XXI publicadas por UNESCO. Entre las competencias del siglo XXI que componen el currículum global encontramos una posible solución para este problema: el desarrollo del pensamiento crítico.

Según Robert Ennis, una persona que ha desarrollado el pensamiento crítico sería capaz de formular preguntas sobre un contenido y buscar sus respuestas; juzgar la credibilidad de una fuente; emitir juicios de valor; identificar los supuestos; decidir una acción a seguir e interactuar con los demás; y emplear estrategias retóricas apropiadas en una discusión o presentación. Estas capacidades pueden enseñarse desde el nivel primario en cualquier asignatura, pero prevalecen como objetivo específico de las asignaturas afines a ciencias.

Entre las competencias del siglo XXI que componen el currículum global encontramos una posible solución para este problema: el desarrollo del pensamiento crítico

Como sostiene uno de los últimos informes de la OCDE, nuestros estudiantes aún no identifican a las fake news y como notamos en las aulas, tienden a replicar información de manera contundente pero no pueden argumentarla. Siguiendo a Ines Dussel, hay mucho de “no-escuela” en el horario escolar. Ya no se trata de limitar el uso del celular en las horas de clase; por el contrario, la escuela se enfrenta a la tarea de fomentar un uso responsable del contenido digital.

La formación en pensamiento crítico no puede esperar más. La información que circula por la web no es del todo confiable y, pese a que podemos oponernos a las competencias del siglo XXI o a quienes las proponen, en ellas encontramos una alternativa para solucionar el problema de consumo acrítico en internet.

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