Una exploración de los “caballos de Troya” para la innovación educativa
Construir espacios de aprendizaje a la medida de los estudiantes
Enseñá por Argentina diseñó las “Cápsulas de Aprendizaje Puro”: una serie de actividades que, a través de Whatsapp, buscan acercar los aprendizajes a los estudiantes.

FOTO: Marco Wolff en Pixabay
El coronavirus es una pandemia global que esta vez llegó del exterior. Su foco de origen está muy lejos, a miles de kilómetros y muchas horas de vuelo. Sin embargo, desde su desembarco en la Argentina no hizo más que poner de manifiesto estructuras internas, esas que están tan arraigadas como veladas por el manto de la inercia y la costumbre. En materia educativa, esto se tradujo en visibilización de un sistema escolar inequitativo, que hace rato se encarga de reproducir desigualdades y perpetuar injusticias. Una realidad local para la que llevamos décadas sin encontrar vacuna y seguimos probando a tientas distintos tratamientos. Casi a modo de espejo magnificador, el avance de esta pandemia ha vuelto este estado de cosas mucho más alarmante, y la necesidad de respuestas más imperativa.
Puede que no tengamos a disposición una cantidad de kits de testeo suficientes, pero los síntomas y sus agravantes ya los conocemos de memoria. Sabemos que la educación a distancia es compleja, que todavía queda un largo camino por recorrer para compatibilizar pedagogía y tecnología, para lograr que se potencien una a otra y generen aprendizajes significativos. También sabemos que para más del 40% de nuestros estudiantes esa no es siquiera una opción posible, los problemas de conectividad son demasiado severos y la brecha digital no hace más que potenciar las disparidades preexistentes: ya hace años que la escuela dejó de asociarse, para muchos, con un espacio cuya función primordial es la formación académica. La escuela es el comedor y sin escuela no hay desayuno ni almuerzo. Es el espacio de socialización y conexión entre pares y también el abrazo del docente comprometido.
Sabemos que la educación a distancia es compleja, que todavía queda un largo camino por recorrer para compatibilizar pedagogía y tecnología
En efecto, desde el comienzo de la cuarentena los docentes han estado también en el centro de la mirada pública. El tiempo apremia y parece que todo tiene que ser inventado de cero si queremos lograr que los estudiantes puedan sostener su trayectoria escolar. Pero ser docente en medio de una cuarentena, en Argentina y en muchos otros países, no significa solamente planificar y adaptar contenido para un mundo virtual sino, y especialmente, buscar las mejores estrategias para intervenir en el mundo real. Ese que nos incomoda, que nos angustia, que nos duele. Pero que también nos impulsa, nos moviliza y nos lleva a la acción.
Ahora y siempre, ser docente es, en primer lugar, aprender a contextualizar las prácticas. Y ya no se trata solamente de buscar estrategias y recursos para apelar al interés individual de cada estudiante, sino también enfrentarse al desafío de construir espacios de aprendizaje que se adapten a las distintas realidades materiales de cada uno de ellos. Porque no todos tienen acceso a internet, ni disponen de una computadora, ni de un adulto que los ayude, ni de un espacio propio y relajado para continuar con su escolaridad desde casa.
Ahora y siempre, ser docente es aprender a contextualizar las prácticas. El desafío es construir espacios de aprendizaje que se adapten a las distintas realidades
Con esto en mente, una de las propuestas que pensamos desde Enseñá por Argentina son las “Cápsulas de Aprendizaje Puro”. Se trata de actividades pensadas para enviar por WhatsApp, que es un canal de más fácil acceso para los estudiantes. El formato puede variar: audios, imágenes, videos; pero con el mismo objetivo: desarrollar habilidades académicas y socio-emocionales mediante juegos, consignas concisas, y recursos creativos. No se trata de traducir y apegarse a los contenidos curriculares, sino de construir otros espacios de aprendizaje con la premisa fundamental de que puedan ser significativos para todos.
Para lograrlo, sabemos que la clave está en la pluralidad de voces y la construcción colectiva. Por eso hacemos extensiva a toda la comunidad educativa la invitación a sumarse a esta propuesta, a utilizarla, interrogarla y reinventarla. El desafío que tenemos por delante es complejo, pero si actuamos con decisión, compromiso y solidaridad podemos hacer realidad el sistema educativo que nuestros estudiantes merecen.
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