Alejandra Vatrano: aprendizajes y descubrimientos en un año incierto

La reorganización institucional, la revisión constante de las acciones, la comunicación fluida con las familias, el trabajo colaborativo entre docentes y la incorporación de las tecnologías fueron las estrategias que permitieron sostener la educación en 2020, cuenta esta directora de primaria.

 Alejandra Vatrano: aprendizajes y descubrimientos en un año incierto

Alejandra Vatrano

Alejandra Vatrano es directora de escuela primaria. Al repasar los desafíos y los aprendizajes de 2020, menciona en primer lugar la reorganización institucional y la incertidumbre inicial: “Al pasar de la presencialidad a la modalidad a distancia, lo que más nos costó fue lo organizativo. Primero lo pensamos para un corto plazo, pero después se fue extendiendo. En la medida en que el aislamiento se iba prolongando, tuvimos que ir reorganizando todas las propuestas. Recién a fines de mayo pudimos terminar de reorganizar la propuesta educativa”.

Licenciada en Gestión Educativa, Alejandra dialogó con Agenda Educativa el marco del ciclo “En primera persona”, una serie de entrevistas en las que docentes y directivos comparten sus aprendizajes durante la pandemia. Otro de los desafíos cruciales, cuenta Alejandra, fue la comunicación, “para que las familias y los chicos pudieran entender qué estábamos planificando y qué esperábamos de ellos”.

Las estrategias se fueron reconfigurando a medida que pasaba el tiempo. “Empezamos trabajando de forma asincrónica, subiendo actividades al Classroom. Pero nos dimos cuenta de que era poco, y decidimos agregar clases online. Pensamos bien la frecuencia, porque la exposición de un chico a la pantalla no es la misma que la de un adulto. Hubo que aprender a estar en la clase online, recibir a los chicos, explicarles cuáles eran las nuevas reglas del aula”, explica Alejandra.

La retroalimentación fue fundamental: “Las tareas que se subían al Classroom tenían que tener un feedback de los docentes; para eso los fuimos capacitando”. También hubo que enseñarles a los estudiantes y a los padres cómo usar la plataforma: “En el segundo ciclo les enseñamos a los chicos cómo subir sus tareas, pero en el caso de los alumnos de primer ciclo, hubo que explicárselo a los papás”.

En el camino, fueron encontrando algunas estrategias que dieron buenos resultados. Por ejemplo: “Algo que funcionó fue planificar las clases online para que tuvieran momentos bien marcados: un momento de inicio en el que se conversa con los chicos para ver cómo están, luego el momento de clase con un soporte visual, otro momento para conversar con ellos, y finalmente el cierre”. Las acciones se fueron revisando de manera constante, en función de cómo respondían los estudiantes.

A la hora de pensar qué elementos van a persistir más allá de la pandemia, Alejandra destaca la incorporación de la tecnología y la capacitación docente: “Yo venía pregonando la importancia de los recursos tecnológicos al servicio de la educación, pero había docentes que lo tomaban y otros que no. Ahora todos tuvimos que tomarlo, no hubo otra opción. Muchos docentes descubrieron que sí podían, hicieron cosas buenísimas, y se llevarán esos recursos también para la presencialidad”.

Otro descubrimiento valioso fue el trabajo colaborativo entre docentes: “Poder observar a otro colega, estar con otro docente en la misma aula, la codocencia y la observación colaborativa. Eso también nos lo llevamos para seguir enriqueciendo el trabajo y seguir profesionalizando la docencia”.

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