Advierten por el impacto de la pandemia en la salud mental infantil

El 15% de los niños, niñas y adolescentes de 10 a 19 años en América Latina (alrededor de 16 millones) viven con un trastorno mental diagnosticado. Cada día, más de 10 adolescentes de la región pierden la vida por suicidio, según datos UNICEF. El COVID-19 agravó el panorama.

 Advierten por el impacto de la pandemia en la salud mental infantil

FOTO: UNICEF/UN0476518/Mandros

La inacción en la salud mental en América Latina y el Caribe ha tenido altos costos para el bienestar de los niños y niñas, además de las economías de los países, más aún como consecuencia del COVID-19, advirtió UNICEF en su informe Estado Mundial de la Infancia 2021: En mi mente. Promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia.

Las últimas estimaciones disponibles sugieren que el 15% de los niños, niñas y adolescentes de 10 a 19 años en América Latina y el Caribe (alrededor de 16 millones) viven con un trastorno mental diagnosticado. Para Argentina, la cifra coincide con el promedio regional (15,1%).

Cada día, más de 10 adolescentes de la región pierden la vida por suicidio. El suicidio es la tercera causa de muerte entre los adolescentes de 15 a 19 años en América Latina, por detrás de la violencia interpersonal (1°) y las lesiones de tráfico (2°).

El impacto del COVID-19

“Si la pandemia nos ha enseñado algo es que nuestra salud mental es profundamente sensible al mundo que nos rodea. Lejos de ser simplemente lo que se le pasa a una persona por la cabeza, el estado de salud mental de cada niño y cada adolescente depende mucho de sus circunstancias vitales: las experiencias con sus progenitores y cuidadores, las relaciones que entablan con sus amigos y las oportunidades que tienen para jugar, aprender y desarrollarse. Asimismo, la salud mental es un reflejo de cómo influyen en sus vidas la pobreza, el conflicto, la enfermedad y el acceso a las oportunidades que se les presentan”, plantea el informe en la introducción.

“Durante demasiado tiempo se ha desatendido la salud mental de los niños y niñas en América Latina y el Caribe. Ahora, el COVID-19 lo ha puesto en el centro de atención –dijo Jean Gough, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe–. Más de 18 meses de aislamiento de familiares y amigos, las cuarentenas, y los cierres de escuelas por COVID-19 más largos del mundo han puesto en riesgo la salud mental de millones de niños y niñas de la región”.

Si la pandemia nos ha enseñado algo es que nuestra salud mental es sensible al mundo que nos rodea. Lejos de ser simplemente lo que se le pasa a una persona por la cabeza, el estado de salud mental de cada niño y cada adolescente depende mucho de sus circunstancias vitales

El informe hace un llamado a los gobiernos y a los socios de los sectores público y privado a comprometerse, comunicar y actuar para promover la mental de todos los niños, niñas, adolescentes y cuidadores. Entre otras cuestiones, pide “realizar una inversión urgente en la salud mental de niños, niñas y adolescentes en todos los sectores –no solo en salud– como apoyo a un enfoque de prevención, promoción y atención de toda la sociedad”.

Sobre el impacto de la pandemia, el documento señala que “ha planteado graves preocupaciones sobre la salud mental de los niños y niñas y las familias durante los confinamientos, y ha demostrado con suma claridad que lo que sucede en el resto del mundo puede afectar a nuestro mundo interior. Asimismo, ha puesto de relieve la fragilidad de los sistemas de apoyo a la salud mental en muchos países, y ha subrayado (una vez más) que estas adversidades afectan de manera desproporcionada a las comunidades más desfavorecidas“.

El informe reclama integrar y ampliar las intervenciones basadas en la evidencia en los sectores de salud, educación y protección social, incluidos los programas para padres que promueven la atención receptiva y cariñosa y apoyan la salud mental de los padres y cuidadores.

También propone “romper el silencio que rodea a las enfermedades mentales, abordando el estigma y promoviendo una mejor comprensión de la salud mental y tomando en serio las experiencias de los niños y los jóvenes”.

El rol de la escuela

Además, es fundamental asegurar que las escuelas apoyen la salud mental a través de servicios de calidad y relaciones positivas. “Las escuelas desempeñan un papel único y vital en la vida de los niños, niñas y adolescentes. La violencia y el acoso –tanto por parte de los maestros como de otros alumnos–, así como una presión excesiva para alcanzar el éxito, pueden minar la salud mental de los niños y niñas; en cambio, un entorno escolar cálido y unas relaciones positivas entre los alumnos, y entre estos y los maestros, pueden reforzarla”, señala el texto.

Las escuelas desempeñan un papel único y vital en la vida de los niños, niñas y adolescentes. La violencia y el acoso –tanto por parte de los maestros como de otros alumnos–, así como una presión excesiva para alcanzar el éxito, pueden minar la salud mental de los niños y niñas

Un enfoque integral de la salud mental en la escuela significa que no hay que centrarse solo en el plan de estudios, sino considerar también todas las formas en que las escuelas influyen en el desarrollo y el bienestar de los niños y niñas: “Este enfoque debe tratar de fomentar un clima escolar positivo y cálido que haga que los niños y niñas se sientan seguros y conectados. Debe ofrecer capacitación periódica sobre salud mental y bienestar psicosocial a los maestros y el resto del personal, así como a los niños y niñas, las y los adolescentes y sus familias”.

También es clave reforzar los conocimientos y las competencias socioemocionales de los docentes: “Los maestros y el resto del personal escolar necesitan apoyo para desarrollar su capacidad de modo que puedan, a su vez, ayudar a los niños, niñas y las y los adolescentes a aprender sobre salud mental y desarrollar hábitos saludables, y para que puedan reconocer a los estudiantes que necesitan apoyo adicional”.

La prevención del suicidio es otra preocupación que se plantea: “La formación especializada de maestros y compañeros (así como de padres, consejeros escolares y trabajadores sociales y de la salud) puede contribuir a identificar a los niños y niñas en riesgo a fin de ofrecerles apoyo. Los programas nacionales de prevención del suicidio pueden desempeñar un papel importante en el apoyo a los esfuerzos para, por ejemplo, restringir el acceso a los instrumentos que facilitan el suicidio, fomentar que los medios de comunicación ofrezcan una información responsable e identificar y eliminar los contenidos perjudiciales en las redes sociales”.

2 Comentarios

  • Que tremendo estos datos ! Coló podríamos ocuparnos ?

  • Es muy importante y necesario que comience a implementarse la educación emocional en las escuelas , en todos los niveles. Urge la formación de los docentes en este tema , para educar a los niños para la no violencia , la paz y lograr el bienestar de los niños , promoviendo en ellos habilidades socioemocionales , autoestima , autoconocimiento , solidaridad etc.

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